Si queréis podéis de llamarme cursi. Pero me encanta el amor.
Los besos, los abrazos, las caricias, los “te amo”… Me hacen más feliz que casi cualquier cosa en la vida.
Por eso, para mi, el día de San Valentín es un día espectacular y que merece la pena ser vivido y disfrutado.
Si tienes la suerte de querer a alguien, ya tienes mucho y si además, esa persona te ama a ti, lo tienes todo.
Cuida tu amor y sorpréndele con algo mágico. Algo singular para una fecha que también lo es.

No importa lo que sea. Hecho por ti mismo o comprado, da igual… Un bizcocho, una tarjeta, una foto en un marco, hasta un obsequio que intuyas que tu mitad quiere y le haga ponerse contento.
Lo importante, es pensar con amor en el otro.
Por si no se os ocurre nada, os lanzo una serie de ideas. A ver que os parecen:
Flores. Siempre son una buena opción. Las flores son vida, alegría. Y desde el ramito más simple al centro más exquisito, suelen ser un acierto.
Bombones. Hay una gran variedad en el mercado e incluso los fabrican sin azúcar (pensando en los diabéticos}.
Una cena romántica. En casa o un restaurante, pero casi imprescindible que haya velas y vino o champán.
Un spa. No es imprescindible viajar siquiera. Se pueden encontrar, spas en la ciudad por horas que salen muy bien de precio y se pueden perfeccionar con un masaje (que representan una buena alternativa por ellos mismos).
Y hay un montón más, un buen CD, un libro, un simple café…
Ahora advertencia señores. Están totalmente censurados presentes como planchas, sartenes o cualquier otra cosa para la casa, que conlleve trabajo para la mujer. Un robot de cocina, no es romántico.
Una vez explicado esto, terminar aconsejando, que cualquier obsequio se acompañe de gran cantidad de besos.
Feliz San Valentín. Disfrutar del amor y de lo que conlleva. Muack