El próximo 25 de agosto se realizará como es habitual la Tomatina, la popular fiesta de índole internacional que en la localidad valenciana de Buñol, en la que los miles de asistentes se tiran aproximadamente 100 mil kilos de tomates los unos a los otros.
Los orígenes de dicho festejo se remontan a los acontecimientos sucedidos el último miércoles del mes de agosto de 1944, cuando los jóvenes de la época en desfile de Gigantes y Cabezudos, que se celebraba en la plaza de Buñol empezaron a empujar a las personas disfrazadas. Lo cual originó una refriega colectiva hasta que uno de los participantes se hizo acopio de los tomates que habían en un puesto de verduras, usándolos como munición, siendo esta actitud copiada por el resto de los asistentes, produciéndose una real guerra de tomates. El accionar fue repitiéndose cada año, hasta que se transformó en una importante tradición, estendiéndose hasta la actualidad.
LA Tomatina es una filosofía que se concentra en torno al arroje de tomates a la que se han acoplado un gran número de seguidores. El sentir tomatino empieza a fluir el martes, cuando arranca el Non-Stop. Conciertos, música, danza, atracciones, envuelven el lugar.
Aquellos que forman parte de la celebración deben cumplir un grupo de indicaciones de civismo y convivencia, como no llevar botellas, no rasgar camisetas, los tomates deben aplastarse previo a ser arrojados para que no dañen a nadie, tener cuidado al avance de los camiones, y al estallido de la segunda carcasa se debe dejar de lanzar tomates.
La Tomatina comienza en torno a las 10 horas con el evento del "palo jabón", que consiste en subir a un poste untado con un jamón en su extremo superior. Luego que alguien logra soltar el jamón del palo, se da la señal de inicio a las 11, cuando suena la carcasa, y empieza el caos. Diversos camiones arrojan los tomates en cantidad en la Plaza del Pueblo, hasta que después de exactamente una hora, la refriega termina al estallido de la segunda carcasa, anunciando el final.
Toda la plaza queda pintada de rojo y se conforman ríos de jugo de tomate. La limpieza de las callejas lo realizan las autobombas, por lo lo cual las calles de adoquín, quedan impecables a causa de la acidez del tomate que desinfecta y limpia a fondo todas las superficies.
De esta manera, este año como en sus predecesores seguidores de todos los rincones del mundo podrán disfrutar de la filosofía tomatina.
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